‘Alicia en el país de las maravillas’ (‘Alice in Wonderland’, Tim Burton, 2010) señalaba el autor el paralelismo que existe entre dicho film y ‘Hook’ (id, Steven Spielberg, 1991) por cuanto ambas cogen un clásico de Disney, a su vez basados en obras famosas de Lewis Carroll y J.M. Barrie, y les aplican un tratamiento más adulto al de la obra original. Cuando estaba viendo la película no podía dar crédito a que ésta es casi punto por punto el film del Rey Midas pasado por el filtro de un director que con sus dos últimas películas ha bajado el listón de forma alarmante. Con esto no quiero decir que la última obra de Tim Burton me haya parecido un pestiño, pero desde luego no estamos ante el autor que nos regaló maravillas como ‘Eduardo manostijeras’ (‘Edward Scissorhands’, 1990), ‘Ed Wood’ (id, 1994) o ‘Big Fish’ (id, 2003).
Afortunadamente tampoco estamos ante un bodrio del calibre de ‘El planeta de los simios’ (‘Planet of the Apes’, 2001), pero casi hubiera preferido salir del cine con la sensación de haber visto una solemne tontería y no lamentarme por lo que pudo haber sido y no fue. Curiosamente se trata del film más taquillero de Burton, mientras que el de Spielberg —infinitamente superior— permanece como uno de los menos rentables en la carrera del director de ‘E.T.’, una prueba quizá de que los gustos del público han cambiado irremediablemente.
‘Alicia en el país de las marvillas’ toma como base no sólo la obra homónima de Lewis Carroll, sino también la que está considerada como su continuación —a pesar de que en ella no se hace referencia al libro anterior en ningún momento—, ‘A través del espejo y lo que Alicia encontró allí’, y lo adapta a estos tiempos de falta de sutileza y exceso de lo grueso y tosco. Linda Wooveltorn, guionista que parece estar en la nómina de la Disney —ha participado en los libretos de ‘La bella y la bestia’, ‘El rey león’ y ‘Mulan‘— actualiza una historia que en realidad no tiene edad. Junto a Tim Burton, el mayor artífice del film, sucumben a las demandas de un público que con los años se ha vuelto menos exigente y mucho más fácil de contentar.
Hoy en día lo mejor que puede hacer una cineasta, si quiere tener éxito, es poner en imágenes con todo lujo de medios una historia fácilmente entendible y llenarla de todo un collage de secuencias impactantes que dejen boquiabierto al adolescente de turno. Pero esto no supondría problema alguno si al menos se narrase con fuerza, tratando de transmitir una cosa que se llama emoción. Esto es precisamente todo lo que le falta a una película como ‘Alicia en el país de las maravillas’, desprovista ya no sólo de la magia que la historia necesita —y que sí posee el film de animación de 1951—, sino de todo atisbo de emoción. Los impresionantes efectos visuales del film, repito, impresionantes, se quedan en nada precisamente porque el espectador —al menos el que esto suscribe— no siente absolutamente nada cuando ve un excelente gato que se evapora, dos encantadores hermanos gemelos —lo más cercano al universo Burton que conocemos—, una pérfida Reina o un dragón al que hay que liquidar. Perfección técnica sin alma.
Pero nada de eso tiene importancia al lado del plagio cometido en su guión, que retoma el film mencionado de Spielberg, e intenta adaptarlo al estilo de un director que ha demostrado que puede hacerlo mucho mejor pero que esta vez no le ha dado la gana. Supongo que por una única y muy válida razón: los cheques de la Disney dan para vivir a cuerpo de Rey durante un buen período de tiempo Esta bajada de pantalones por parte de Burton causa vergüenza ajena cuando el ‘Hook’ de 1991 asalta nuestra mente en el visionado. En aquélla, Spielberg se tomaba su tiempo al principio para crear cierta atmósfera irreal y de cuento; Peter Pan era ya un padre de familia con responsabilidades que le ahogaban y le hacían olvidar lo verdaderamente importante. Burton lo narra en muy poco tiempo de forma atropellada presentándonos a una Alicia cuya mano será pedida en matrimonio por un inútil de mucho cuidado. No hay interés, no hay conflicto, sólo es un prólogo resuelto con mediocridad para dar paso al país de las maravillas.
Al igual que en ‘Hook’, Alicia no recuerda nada de su visita anterior al mágico mundo en el que se encuentra y al que parece pertenecer por derecho propio. Pero allí, en compañía de sus nuevos/viejos amigos recordará todo aquello que es importante y verdadero, y hasta Burton tendrá la desfachatez de sugerir una historia de amor entre El Sombrerero (Johnny Depp) y Alicia (insoportable Mia Wasikowska) que recuerda a la de Campanilla y Peter Pan, casi con la misma despedida y todo. Pero aún hay más; ‘Alicia en el país de las maravillas’ no renuncia a mostrar momentos ridículos que dan ganas de salir de la sala de cine para no volver nunca más. Si en el film de Spielberg teníamos que aguantar memeces como la de la cancha de baloncesto, aquí tenemos que mirar con nuestros pobre ojos un baile de breakdance que no sólo es mortal para la inteligencia de cualquier ser viviente, sino que además infiere instintos asesinos. El cine no puede caer tan bajo, por Dios. Que su parte final parezca sacado de algún descarte de la trilogía del anillo de Peter Jackson responde más a la actual moda de cierto tipo de cine y que aquí resulta forzado y fuera de lugar.
Voy a defender toda la parafernalia visual del señor Burton y el hecho de que algunos de los personajes secundarios parecen creados por él, una prueba de la asimilación por parte del director de una historia más oscura de lo que siempre se dijo y en la que Burton no llega a penetrar del todo. Una pena que personajes más importantes estén semitrazados o simplemente carezcan de personalidad. También voy a defender a Johnny Depp, muy criticado por su papel de El Sombrerero. Creo que es el mejor de todo el reparto, logrando entender un personaje difícil y demostrando una vez más que su relación con Burton es de las mejores que ha dado el cine reciente. Que como castigo tengamos que sobrevivir a esa bochornosa secuencia del baile es un precio demasiado alto, pero así están las cosas en el actual cine comercial.
Muchos atacan ‘Hook’ —película que posee una primera media hora absolutamente magistral—, pero comparen el trabajo de Spielberg con el de Burton. El que no vea que el cine ha cambiado a peor es que está ciego.