En este caso se trata de un remake de una de las mejores películas que vi el año pasado, Déjame entrar, la cinta originaría de Suecia dirigida por Tomas Alfredson que tantas pasiones ha levantado no solo por la historia en si, sino por la manera de exponerla, tratarla y exhibir con una belleza inaudita. Como ya he dicho, una pequeña joya del séptimo arte que recomiendo a todos los lectores.
Matt Reeves se ha encargado de esta adaptación hollywoodiense. En el reparto encontramos como protagonistas a dos jóvenes actores, Chloe Moretz, la niña enmascarada de Kick-ass, y Kodi Smit-McPhee, el niño que cuajo una interpretación extraordinaria en The Road. Como secundarios de lujo tendremos a Elias Koteas y a Richard Jenkins.
Basada en la novela homónima de John Ajvide Lindqvist, Déjame entrar se centra en las peripecias de Oskar, un niño tímido de 12 años, acosado en el colegio por unos compañeros, se hace amigo de Eli, una misteriosa nueva vecina de su edad, cuya llegada coincide con una serie de inexplicables muertes. A pesar de que Oskar piensa que ella es un vampiro, intenta que su amistad esté por encima de su miedo.