
Aquí es que pienso como necrófilo: “claro, querrán aprovechar mientras el cadaver esté tibio”. Pero no, estoy siendo irónico gratuitamente, porque lo peor es que “Sherlock Holmes” me entretuvo. Ocurre que la secuela de este aggiornamiento del detective de Conan Doyle —quien no le llega a los talones al Dupin de Poe— nos quita la posibilidad de ver qué iría a hacer el ex de Madonna con un personaje tan sucio como Lobo, el último czarniano.
Saber que Ritchie lo llevaría al cine me producía algo de expectativas sobre la mudanza del personaje creado por Keith Giffen y el escritor Roger Slifer desde el cómic al celuloide. Pero ahora no sé muy bien qué esperar. Es decir, podría pasar cualquier cosa. El mercenario extraterrestre con plétora de insultos en la boca podría transformarse en un musculoso babeante sin capacidad oratoria o en un “apuesto” pelilargo renegado a lo Lorenzo Lamas. ¿Quién podrá hacer un buen trabajo adaptándolo? ¿Algún nombre? Tal vez decidan escuchar al fandom y no contraten a los mismos matacómics de siempre.