“The Wolfman” es un tributo al cine clásico de terror, género que se fortaleció con las producciones de Universal. Desde la década de los treinta, el estudio creo las imágenes que se volverían de culto: Frankestein, el conde Drácula, la Momia. Setenta años después, Universal quiere retomar ese legado. En su crítica, nuestro compañero Gustavo ya se encargó de tratar este punto de manera general, así que me enfoco una de las características más importantes de la producción: el maquillaje y sus efectos especiales
Rick Baker es el genio detrás del maquillaje de “The Wolfman“, bajo las órdenes del director Joe Johnston. Nadie más adecuado que el artista que, en 1981, trabajara con John Landis en el maquillaje de “An American Werewolf in London“. Esta colaboración le dio el primero de seis Oscars a Mejor Maquillaje. Destacan sus técnicas en “Ed Wood” (Tim Burton, 1994), “Men in Black” (Barry Sonnenfeld, 1997), “How the Grinch Stole the Christmas” (Ron Howard, 2000), por mencionar algunos ejemplos.
A pesar de que actualmente se cuenta con un sinnúmero de técnicas para crear el maquillaje — llegando hasta la implementación de efectos visuales generados por CGI —, la producción decide crear la imagen del monstruo a partir de las mismas técnicas clásicas de maquillaje. De entrada, está fue la decisión que llamó la atención de Baker para participar en la película.
Baker logra recordarnos esa nostalgia por lo artesanal, de cuando se requerían horas y horas de caracterización que, si bien sigue siendo elaborado, nada llega a lo realizado para esta película — tal vez el último trabajo de maquillaje “mítico” que vimos fue en la saga de “The Lords of the Rings” — . Capas y capas de látex, pegamentos especiales, prótesis, pelo, pelo y más pelo. El resultado final es un actor listo para apropiarse al cien por ciento del personaje, sin verse militado por artificios digitales.
Aunque es clara la intención siento que, con el maquillaje que requería el personaje de Benicio del Toro, el guiño a los clásicos se les fue de las manos. A lo mejor faltó experimentar con nuevas técnicas de maquillaje para encontrar una fusión que nos diera esa nostalgia pero, a la vez, la hicieran más fresca.