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20 de marzo de 2010

Anuncia “Final Destination 5”

Sigo muy enganchado con las noticias de secuelas: Warner Brothers anunció en ShoWest una nueva entrega de la saga de quienes pretenden escapar de un destino de muerte:“Final Destination 5”. Enterarme de esto último fue como mucho. Algo en el anuncio me movilizó y decidí escribir al respecto. Se me ocurren tres formas de dar cuenta del estado de cosas —o intentarlo, al menos— de la industria del entretenimiento actual: procesos de secuelización en masa, franquiciación de los films y crisis creativa. Todo en uno, tremendista. Pero qué quiero decir con estas frasecitas que suenan a mucho: simple, tres caras de la misma moneda para pagar el muerto del cine actual.

No hay nada de simple en el cine mainstream de hoy día, aunque sí mucho de simplificación. La primera clave reside aquí. Las causas de este proceso simplificatorio —otra forma de referirse a la pauperización del séptimo arte— puede verse en la representación de las tres caras de la moneda imposible que sugiero: parece más fácil escribir una secuela —marco narrativo dado de antemano—, se pretende ganar con una película más allá del box-office —DVD, música, edición del guión como libro, muñecos y todo lo que hace perdurar a la producción “meta-sala de cine”— y, por último, existe cierto relajamiento en las búsquedas estéticas y narrativas en las historias por contar—las causas exceden a los autores y se clavan hondo en la industria, en quienes ponen la plata más que nada.

¿El resultado? Sartas increíbles de cine basura. Y aquí utilizo el término “sarta” como lo hacen algunos lógicos para referirse a ciertas cadenas de elementos o series —aunque claro, el hecho de que “sarta” tanga un sentido peyorativo en español rioplatense enriquece mi afirmación—. Porque veamos: es falaz afirmar aquello de que un guión seriado es sencillo —si no vean la cantidad de series con guiones malos que existen, conviviendo con algunas verdaderamente excelentes—, o piensen en la franquiciación, en querer vender cualquier cosa —eso se da sólo con películas muy queridas o convertidas en objetos de culto.

Sartas de cine basura, entonces: las hay y a montones —“Final Destination 5” es sólo un ejemplo más entre tantos otros—. Y así ocurre que ahora resulta que ya nadie le tiene miedo a las segundas partes. Hoy los productores temen no llegar a una décima entrega. ¿No los enoja esto?