
Las direcciones IP de los infractores de derechos de autor son fácilmente detectables. Las grandes empresas de cine pagan a espías para recorrer los sitios de BitTorrent, echar mano de torrents activos y capturar las direcciones IP de los usuarios que suben y descargan archivos a la red.
La prensa norteamericana ya tacha el caso como la mayor descarga ilegal por BitTorrent. Aunque se dice que el grupo que denunciará pretende primeramente llegar a un acuerdo con los piratillas pagando una suma de dinero, unos 3.000 euros.
Y es que Hollywood parece se ha levantado en armas para perseguir a todos aquellos que hacen descargas ilegales porque la misma empresa está investigando a también a 140.000 usuarios que principalmente descargan películas del tipo B.