----
1010101010
110101010

3 de enero de 2013

Hugh Jackman desmiente que el poster de Lobezno sea falso

Cuando hace tres meses salió a la luz el espectacular poster de Hugh Jackman como Lobezno, muchos hicieron sus cábalas. ¿Cómo es posible que luzca esa tableta tan rápido? La sospecha tenía que ver con el aspecto demacrado que el actor mostraba en 'Los miserables' y la pasmosa rapidez con la que se había recuperado a tenor de la mencionada imagen. ¿Le habrían metido mano a sus abdominales?

Ni Photoshop ni ninguna otra trampa. Los abdominales de Hugh Jackman en el cartel de 'Lobezno' son suyos y se deben al esfuerzo del actor y no a un ratón y unos cuantos píxeles retocados por aquí y por allá. Así lo ha aclarado el propio Lobezno en una entrevista concedida al The Jeff Probst Show con motivo de la promoción de 'Los miserables'. “Gracias a un riguroso plan de ejercicio”... eso y su fuerza de voluntad son los culpables del resultado.

Nada de retoques. Aunque al australiano no le habría importado hacer alguna que otra pequeña trampa para poder regalarse algún capricho culinario. Las dudas sobre la realidad de la imagen Jackman se las toma a broma. Dice que preguntó a la compañía que si se gastaba tanto dinero en efectos especiales para esta segunda entrega de Lobezno por qué no le ayudaba un poco con su puesta a punto. “Quiero comer pizza y beber cerveza”, les dijo. La respuesta fue “no”.

Así que nada, a Jackman no le quedó otra que poner el turbo en su preparación. Lo suyo fue una auténtica carrera contra el tiempo. Como ya hemos contado, la segunda entrega de spin-off de 'Lobezno' ha sufrido un sinfín de retrasos. Empezó con Darren Aronofsky a los mandos pidiéndole a Jackman que ganase peso y masa muscular para aparentar ser más robusto, como el personaje de los cómics. Entonces Aronofski abandonó el barco.

Los retrasos hicieron que el rodaje de 'Los miserables' se colase en medio teniendo Jackman que adelgazar para dar de más credibilidad al presidiario Jean Valjean. Acabado el musical, otra vez a ponerse fibroso para convertirse en el mutante que lo hizo famoso y rodar a las órdenes de James Mangold.

Con el trabajo y el sufrimiento que le ha costado al australiano tanto cambio físico, para que encima cuestionen si su tableta es real o fruto de los retoques. Menos mal que le sobra buen humor.